Bombero de profesión y escultor vocacional, su única obra pública en la capital del Principado de Asturias es el
homenaje al bombero fallecido en servicio Eloy Palacios, compañero y amigo del artista.
Está hecha de piedra caliza, pesa nueve mil kilogramos y mide dos metros de altura. Se sitúa en la rotonda de acceso a Rubín.
En ella se puede ver a un bombero vestido con el traje reglamentario y empuñando un hacha de pico mientras carga con una bombona de oxígeno.
La chaqueta lleva el nombre de Eloy, pero rinde homenaje a todos los bomberos fallecidos en su puesto de trabajo.
Que su autor haya sido el encargado de hacer esta escultura no es una casualidad, ya que ambos fueron compañeros de servicio, compartían
turno de trabajo y ambos estaban de descanso aquel fatídico 7 de abril en el que no dudaron en ayudar a sus compañeros. Él se define como
"aspirante a cantero" y también realizó el monolito que en diciembre de 2016 se instaló en el edificio de Seguridad Ciudadana de Rubín en homenaje a Eloy Palacios.