Gerardo Zaragoza fue un escultor español que desarrolló una gran actividad escultórica y docente. Estudió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, siendo discípulo de José Capuz, José María López Mezquita y su propio padre, José Ramón Zaragoza. Se dedicó a la docencia, compatibilizándola con su vocación de escultor. Dada su inclinación al uso en sus obras de la geometría, hay expertos que lo “catalogan” de cubista. La mayor parte de sus obras, y las más conocidas, se encuentran adornando las calles de la ciudad de Oviedo, o el resto de la provincia de Asturias.