Fue un arquitecto español, máximo exponente de la arquitectura neoclásica en España. Con tan sólo once años,
Juan ingresó como alumno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1758 viaja como pensionado
en Italia de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para completar su formación, volviendo en 1765 a España.
En Madrid, fue nombrado académico de mérito de la Academia de San Fernando. En 1777, el Rey Carlos III lo
nombró arquitecto del Príncipe y los infantes. En lo sucesivo trabajaría casi en exclusiva para la casa real.
Desde 1781 fue arquitecto encargado del Real Sitio de El Escorial.
Su estilo, de gran severidad y sentido de las proporciones, se caracteriza como una síntesis entre el
estilo herreriano y el neoclasicismo. En efecto, se considera que sus máximas influencias son Juan Bautista de
Toledo y Juan de Herrera, artífices del Monasterio de El Escorial.