Se encuentra en el Palacio de los Deportes
Fue la primera obra calificada como abstracta que se instaló en Oviedo.
Se trata de una pieza ondulante de bronce que, partiendo de un pedestal de hormigón,
se divide en sucesivas manos que simulan llamas de fuego al viento.
(Eduardo Úrculo, 1999)
(Manuel García Linares, 2008)
(Pablo Irrang, 2014)